Ya que había pernoctado en la casa del tío para no andar tan cagado de sueño al día siguiente, me levanté a las 8 y de ahí a tomar un cafecito para andar bien despierto y aprovechar el día al máximo. El tour comenzó a eso de las 10 con todos los tripulantes, el destino sería el lago Tagua – Tagua para el cual deberíamos cruzar el estero de Reloncaví en el ferry y apreciar mucha belleza del fin del mundo. Una vez en el otro extremo estábamos en Puelo y nos esperaba un largo camino en muy malas condiciones. Aproximadamente 2 horas de hueveo en camino de tierra haciendo algunas paradas para apreciar la hermosura del paisaje. Acabado el camino, llegamos a orillas del lago Tagua – Tagua y para suerte nuestra llegó un ferry que partiría de inmediato a buscar gente al otro extremo, así que lo abordamos siendo nosotros los únicos que iban a bordo y pudimos disfrutar de una vista hermosa maravillosa con toda la libertad. El gran atractivo del paseo fue pasar por una cascada que esta al borde del lago que pudimos ver bien de cerca y prácticamente bañarnos con el agua que caía. Esto ha sido lejos una de las mejores salidas, fue bastante divertido, una vista genial y algo que nunca antes había hecho xD.
En fin, luego llegamos a la otra orilla donde subió más gente y también subieron autos, por lo que de regreso no tuvimos tanta libertad como en la ida.
Después del chapuzón en la catarata hicimos un picnic a la orilla del lago, que sólo fue un poco incómodo por las abejas. Terminado el aperitivo, nos encaminaríamos de vuelta a casa por un camino mucho más largo y en mal estado, incluyendo a un hueón que pasó con una máquina para emparejar el camino y quedaron un montón de piedras bien grandes en el camino que tuvimos que bajarnos a correr con la mano para que la van pudiera avanzar.
Unos minutos más tarde de mover las piedras paramos para tomar once a orillas del río …
Después nos quedó sólo camino y camino por recorrer, por suerte era asfalto así que ya no hubo más problemas, así que a disfrutar del paisaje y el término del último paseo que daré por los alrededores de Puerto Montt.
Una vez en la casa del tío, vimos las fotos, conversamos un poco y partimos a la cabaña, porque mañana debemos preparar los bolsos y todo, de tal forma que el viernes podamos partir lo antes posible y sin inconvenientes.
Vine preparado para ver paisajes hermosos, distraerme y olvidar pendejerías de Santiago, pero vine, disfruté demasiado y lo pase muy bien, excelente diría yo. Nunca creí que diría esto, pero no quiero volver a Santiago… al menos no en un par de días.
domingo, 16 de marzo de 2008
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