lunes, 25 de febrero de 2008

Día 4



Viaje a Chiloé

Hoy fue un viaje demasiado genial, a excepción del sueño de siempre pero eso puede pasar a segundo plano, hoy dejé el continente para recorrer la hermosa isla de Chiloé.
Todo partió temprano, como de costumbre, a las 8:30 en pie y las 9 estaba traspasando unos temas al reproductor. Y partimos al fin del continente que tenía un aspecto muy selvático, allá esperamos el trasbordador que nos llevaría a través del canal de Chacao para llegar a la isla. El viaje en el ferry fue demasiado genial, más con una banda sonora de fondo, que incluía Nightwish, Vintersorg y Ensiferum una volá muy escandinava. Cruzar el canal nos tardó unos 20 minutos.
Una vez en Chacao nos dirigimos a Ancud, una ciudad piola, pero los paisajes que rodeaban la carretera eran demasiado hermosos, yo estaba enla mea volá vikinga. De esa ciudad rescato de ella el fuerte Santo Domingo y el museo, fue lo más atractivo que tuvo. Luego de eso partimos a Castro, una ciudad más genial, linda plaza, linda catedral (que era como su mayor atracción) hecha completamente de madera, igual que la de Puerto Montt. Recorrimos unas calles y después llegamos a la costanera donde almorzamos en un restauran palafito, con vista directamente al mar, buen almuerzo. Luego dimos un paseo en lancha por la bahía que rodeaba Castro ahí vimos otros palafitos más de cerca (me pregunto si esa gente se siente intimidada por tanto weon que le gusta mirar su casa y también me pregunto como lo harán los niños con el patio de su casa =S), luego del paseo miramos un rato las ferias artesanales (sí, son todas iguales solo cambia el nombre de la localidad).



Ya eran las 6 y nos devolvíamos a Chacao y en el camino pasamos Dalcahue un pueblo demasiado piola sin mucho atractivo, sólo una parroquia de madera (para variar, en Chiloé hay muchas parroquías, catedrales, iglesias y de esas weás raras), pero sin duda los bellos paisajes que rodean estas localidades tan pequeñas recompensan el visitarlas. Colinas y prados cubiertos de pasto y árboles y bosques y una que otra vaca u oveja o animal raro revoloteando.
Y bueno de vuelta en Chacao a abordar el Ferry que nos traería al continente de vuelta y ese viaje si fue precioso. Con una linda luz de atardecer la luna se asomaba por el océano y la brisa fresca del mar en mi cara, fue perfecto.



Luego de eso de vuelta a la cabaña, cansado pero contento con todo lo visitado y conocido.
Sería eso por hoy.

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