Par de Patos

Últimamente, he estado resolviendo muchos enredos que hay en mi mente. Por suerte, he encontrado algunas respuestas, otras no, pero si no las encuentro tarde o temprano aparecerán. Esto es algo obvio, llega aquel día del año en que eres el wn más especial para los demás y a uno le dan las ganas de ponerse a reflexionar, lindo. He pensado mucho en lo mucho que pienso, suena tonto ¿no?, pero la verdad no lo es, de hecho, me lo han criticado mucho, que la quinta pata del minino, que soy como el quijote, que nunca me doy cuenta de cómo son o deberían ser las cosas y que no las acepto, hay otras más que ahora no me acuerdo. A todo eso podría responder vagamente diciendo “así soy”, pero eso no es suficiente, por que tras cada persona hay una forma de concebir el mundo, la vida y a uno mismo. Y creo que son esas tres cosas, las que muchas personas no entienden o no se dan cuenta, porque no captan que la forma de percibir, vivir y conocerse es distinta, única y, por sobre todo, muy rica. Se rinden sin luchar, descansan sin hacer nada y morirán sin vivir la vida, SU VIDA, única e indistinguible. Porque muy pocos entendemos la satisfacción y el ánimo de ser persistente, de luchar por lo que pensamos, de aprovechar ese instante único que sólo apreciamos un rato más tarde, porque la libertad que tenemos sólo depende de nosotros mismos. Yo no vivo tras el sistema no opreso por él, es más le saco ventaja, cada oportunidad, ocasión o momento se siente de manera única y aunque me cague la cabeza haciéndolo, lo hago y entiendo, y me agrada, y lo disfruto, porque nada tiene un puto sentido si no te esfuerzas, si no entiendes, si no sientes, SI NO PIENSAS. Porque hay que ser persistente, no rendirse; la adversidad es una mierda y a la vez es oro, porque si no existiera no habría motivación, no existiría el matiz diferente de todos los días y todos los sabores serían iguales, haciendo gris y opaco un arco iris que afuera brilla y te espera para que sepas apreciar cada uno de los colores que te entrega. Por eso prefiero cagarme la cabeza, entender y apreciar, en vez de dejar que los demás decidan que es bueno para mí y quejarme del mundo; en vez de dejar que el mundo haga mi vida y no yo. Porque tanto pensar te hace cagar la cabeza, ¡claro!, te la abre y expande y podrás entender muchas cosas que pocos entienden. Porque prefiero ser un quijote a ser un wn amaestrado por las tonteras de la tele y los medios que sólo te meten mierda en la cabeza y hacen que vivas bajo un temor inconciente, sin que puedas apreciar la vida y todos los momentos únicos que ésta te entrega.

Recuerdo que una vez, una psicopedagoga me dijo “tu vives la vida que quieres llevar”, no creo que cagarse la cabeza sea tan malo cuando he obtenido el resultado que quiero para mí.

Luchador por la vida, por los demás y por mí mismo. Porque mi familia es así y me dio los valores y virtudes; porque con mis amigos he abierto puertas y conocido nuevos mundos. Aprendiendo, cayendo y levantándose, mejor aún, pensando y aprendiendo, conocerse. “Conócete a ti mismo y conocerás a los dioses y al universo”, pero qué si para muchos el universo está sólo en lo que ven y los dioses están en la puta tele, porque tienen miedo a pensar, a buscar esa quinta pata, a darse cuenta cómo gira el mundo o mejor aún cómo ustedes hacen girar su mundo y no los demás. No entienden que por eso somos diferentes, porque pensamos, no somos animales ordinarios y si les da miedo hacerlo, sean animales, vivan a merced de su arriero, de su pan y circo.

El único momento para no pensar es para encontrar claridad y lucidez en lo que pensamos (un poco paradójico, pero es cierto).

Nuestra mente vale oro y todo está en ella, mientras no la utilicen y no entiendan todos los pequeños rincones que tiene esta sabrosa vida, no se sientan vivos, sientan que sólo pululan por este mundo viviendo de banalidades absurdas que apenas entienden y creen disfrutar.

Esto, damas y caballeros, es lo que puedo relatar, para algunos la tontera más grande, para otros algo interesante, para algunos una volá profunda, mas pocos serán los que entiendan y se den cuentan que esto es sólo un pequeño paso (y probablemente el más importante) para entender nuestro lapso carnal que llamamos vida.